Así a voleo, las noticias son casi las de siempre, con lo que dejan de ser noticias. Se siguen matando por todas partes, un egipcio se equivoca de época y secuestra un avión, cosa de los años sesenta, y lo más actual es que iPhone se sigue negando a dar datos de un fulano que mató a unos pocos, aunque el FBI ha logrado sacar esos datos por su cuenta. Total, lo dicho, poca cosa, porque ya los muertos no impresionan y los dos, iPhone y el FBI, nos suenan lejanos.
Aquí, don Pedro da una vuelta de tuerca más a su entrega. Ya dice no le importa tener, ministros de Podemos y C`s en “su” gobierno. A él, con tal de ser presidente le da todo igual, estaría incluso decidido a hacer ministro a Al Capone que se lo pidiera, o al presunto señor Andrés Bódalo, concejal muy amado y en quien tiene todas sus preferencias don Pablo, aunque ya tiene cuatro condenas a sus espaldas. Como son por violencia, lo puede hacer ministro de relaciones con las Cortes, así las tiene calladas. Lo importante es poder decir… «Soy Presidente del Gobierno y vivo en la Moncloa”, así tendría contenta a su mujer, aunque el país se le vaya al carajo.
Por cierto, hablando de presidencias, en los no sécuanos años de democracia, y especialmente últimamente, todos se han dedicado a quitar a mansalva todo lo relacionado con el franquismo (excepto las fiestas, que esas siguen). Bueno, todos menos algo, lo más tonto y gilipollesco del mundo; el charco ese de andar cambiando de hora cada dos por tres. Si estamos en el meridiano de Greenwich, y lo estamos, nos corresponde una hora, no la del meridiano de Berlín, así se acabarían los líos y las componendas, pero no sé por qué, a esto nadie le mete mano. Es una total estupidez y lo de los ahorros de energía no se lo cree nadie, lo que se gana por la mañana se pierde por la tarde y al revés. Me gustaría saber que “beneficios ocultos” tiene el invento, y sobre todo, para quién son esos beneficios.
En la Cortijá, nada nuevo bajo el sol, doña Susana agazapada esperando su oportunidad de dar el salto a la yugular, y el que siempre ha mandado, que sigue mandando; don Zarrias no declarará ante el juez… y punto pelota. Es más ha advertido a la judicatura «del daño del ‘paseíllo’”. Que se lo piensen, se están jugando el cargo (los jueces, no él).
En Málaga, siguen desmontando La Cosa y hay un par de atisbos diferentes. Uno de cordura, al pedir que le retiren la patria potestad al bergante que abandonó a su hija para irse de copas, y otro atisbo, esta vez de sinceridad y a cargo del insigne Julián Muñoz, que ha aceptado que lo firmaba todo, porque “era muy cómodo ganar un buen sueldo así”. Al fin una verdad en lontananza.
Hasta mañana. Pepeprado